Esta semana en Equipo Blife conoce a Alberto Díaz, Director de Gestión en Blife Madrid. Alberto consigue día a día mantener ese delicado equilibrio entre la gestión empresarial y el servicio al cliente. Su arma secreta es prestar atención a los detalles y dirigir su equipo con una mano firme y precisa, aunque también amable. Su larga trayectoria como gestor hace que Blife Clínica Estética y Capilar funcione con la precisión de un reloj suizo. Aprende unos cuantos secretos del director más aplicado!

¿Cómo describirías tu rutina diaria?

Me encanta madrugar y ver cómo todo se pone en marcha! Me tomo un café rápido en casa y salgo a correr. Me gusta hacer deporte por la mañana porque si no después el día me come el tiempo. Voy a la clínica y ya desde allí empiezo con las tareas del día.

Descríbete en 3 palabras:

Trabajador, firme, positivo

Si no te dedicases al mundo de la medicina estética, ¿a qué te dedicarías? 

Me gusta el trabajo de gestión, sacar lo mejor de un equipo, buscar fortalezas y flaquezas en una organización y trabajar con ellas. Supongo que intentaría hacer lo mismo en cualquier otro sector, aunque este es el que más cómodo me siento.

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Pues compartirlo con familia y amigos. Cocinar para ellos. Viajar

¿Qué música tienes habitualmente en tu reproductor?

No escucho mucha música. Sobre todo en el coche, o jugando con los peques. Mi reproductor es una mezcla entre queen y los cantajuegos.

¿Cuál es tu mayor “placer prohibido”?

No escucho mucha música. Sobre todo en el coche, o jugando con los peques. Mi reproductor es una mezcla entre queen y los cantajuegos.

Tres imprescindibles en tu día a día  

Café por la mañana con el equipo, en Blife es como un ritual. Correr unos km antes de que rompa el día para empezar con buen pie. Acostar a los niños, con cuento y todo.

Anímate y confiesa: dinos algo negativo de tí

Soy bastante perfeccionista, o eso me dicen. Yo no creo que sea negativo. 

Frase Favorita…

“Nada es menos productivo que hacer de forma más eficiente cosas que no deberíamos hacer.»

Peter Druker